Sentada de cuclillas en la cama, ella lo miró largamente, le recorrió el cuerpo desnudo de la cabeza a los pies, como estudiándole las pecas y los poros, y dijo:
–Lo único que te cambiaría es el domicilio.
Y desde entonces vivieron juntos. fueron juntos, y se divertían peleando por el diario a la hora del desayuno, y cocinaban inventando y dormían anudados.
Galeano.
–Lo único que te cambiaría es el domicilio.
Y desde entonces vivieron juntos. fueron juntos, y se divertían peleando por el diario a la hora del desayuno, y cocinaban inventando y dormían anudados.
Galeano.
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