Bebé Bauti, corazón, hace poco más de cuatro años me
enseñaste a amar sin condición. Todavía no sabés leer, pero quiero contarte
ahora aunque leas quien sabe cuando, que a tan ínfima edad tenés una creatividad y
un carisma que no para de asombrarnos. Me obnubilo con tu presencia. Amo verte
inventar historias sobre animales y que las hagas canciones mientras bailamos
juntos dando vueltas y zancadas por donde sea. Sos pura luz. Te siento una
parte de mí, lo siento justo en el corazón. Ojalá siempre encontremos la manera
de comunicarnos, hablando quizás sobre las mariposas de colores invisibles, que
algún día no vas ver desde el balcón pero las vas a sentir en la panza. Ojalá
siempre, como en estos primeros años de vida, nos sigas demostrando que sabés distinguir
entre lo que es bueno y malo para vos. Que llores todas las veces que te salga
de adentro, y que te rías a carcajadas porque tenés ganas aunque no hayas
entendido. Ojalá siempre actúes con el corazón, y que lo sepas cuidar. Espero
que encuentres personas con las que compartir, y que también las cuides
siempre.
Sos una razón preciosa para que la loca de la tía siga
soñando con un mundo mejor.
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