“Las cosas no se ven como son, las vemos como somos.”
Varias cosas me motivaron a volver a escribir, entre ellas
leer las columnas que Tracey Emin escribia semanalmente para The Independent de
Londres, que publicó en un libro bajo el título “Proximidad del amor”. Me llevó
a pensar dónde había dejado mis pulsiones de escritura en los últimos años,
cuándo fué que dejé de hablar de amor, cuándo dejé de tratar de ordenar en
palabras lo que sentía.
Di vueltas, pasé por varios discos. Pensé que mejor era
ocupar el tiempo en ordenar series de fotografías. Seguir leyendo a Spinetta
hablar de su vida y del amor, de las canciones y el amor.
Pensé que quizás había dejado de escribir porque nunca había
leído tanta poesía y eso me confundió.
Pensé que quizás había dejado de escribir porque me dejé
absorber por el trabajo.
Pensé que quizás había dejado de escribir porque la facultad
me mostró que no escribía ni bien ni bonito como quizás pensaba.
Pensé que quizás había dejado de escribir porque me resultó
mejor la terapia.
Pensé que quizás había dejado de escribir. Pero pensé y
pensé y en realidad nunca lo había dejado de hacer, sólo fue más privado, más íntimo,
más visceral.
En los últimos años escribí interminables cartas, a personas
reales e imaginarias, en su mayoría nunca fueron entregadas. Ordené
sentimientos hablando con otros sobre el amor y el desamor. Poniéndome al día
conmigo en balances y listas secretas.
Tan secretas que las encapsulé, edité, borré y censuré.
Y algo desordenado dejo acá…
(hace poco terminé un cuaderno… esta forma de archivo me
invita a empezar alguno nuevo)
…………………………………….
Nos debo unas palabras.
Tardé un montón, pero creo que puedo.
El libro que leí se titulaba “Mujeres maltratadas en la
actualidad”, y me llevó a verme retratada. Fue durísimo, fue terrible
encontrarme, encontrar a mi mamá, a mi hermano, a mi viejo, y a nosotros. A mí
con vos, a mí con mis amigos, con la gente. Fue terrible. Es terrible y me está
costando un montón escribir esto.
Me vi y tuve que volver a lugares, recordar, rememorar,
decir, y como no podía ni conmigo busqué excusas en todos lados, me enfermé, me
entristecí, me empecé a entender, a descubrir.
No me deja en paz la culpa, de llevarme por delante todo. Me
entiendo y no podría explicártelo, porque muy de a poco me voy explicando
cosas. Me cuesta un huevo.
(…)
Pero hoy necesito liberarte de mí, porque no puedo más que
conmigo.
…………………
Te fusionas con el humo de mi cigarrillo, te me quedás
atragantado. Te cruzás entre todas las letras y escribo cosas que creo conocer
de dónde salen pero no logro entender a dónde van.
Y créeme que estoy bien, aunque se me pierda la mirada y
tararee canciones que resuenan en mi cabeza. Esas que les canto a los gritos a
las gatas mientras ellas me miran y cada tanto me responden con algún maullido.
Y también las otras, las que no necesitan letras y acompañan mis lecturas, las
que me ayudan a meterme en una trama que sólo había conocido a través de la
literatura pero no desde la experiencia.
…………….
Gracias por el fuego
Que se enciende ante la esperanza de verte sonreírme. A que
quizás hoy. No. Mejor no.
No. Porque los días me llaman a quererte como no puedo
ahora. Porque necesito cuidarme y cuidarte. Porque somos el equilibrio absurdo de mis impulsos utópicos y tus
reservas nihilistas.
Te amo por cosas que invento de vos conmigo. Los días me
llaman a quererte así como sos.
…………….
Ella pasa horas haciendo nuditos con tiritas de totora, para
formar una alfombra; perdida divagando sobre la nada, sorprendida pensando en
quién al mismo tiempo se comunica con ella. Cuando ella pasa horas soñando con
su tacto, esperando descansar alguna vez. Lo observa y no puede dejar de
descubrirlo. Se queda otras horas haciendo nuditos, con tiritas de totora, y enumerando,
sin un orden particular, los mil gestos que le descubre mientras se va
enamorando.
……………………………………………………….
(el texto que iría detrás de esa foto)
¿Cómo escribirte con amor? Pensándote y escribiendo.
¿Cómo hablarte de mis miedos? Cuando los tuyos me asustan
más.
¿Cómo darte paz? Si creo que soy la tormenta.
¿Cómo mantenerme lejos? Si te siento tan cerca.
El cáncer benigno.
El amor romántico en el que me niego a creer.
La ilusión de los 15 años.
No saber recibir.
Toda una vida buscando sin saber qué.
(…)
Hay cosas que solo deben fluir.
El deseo con el que te escribo fluye traspasando tiempo y
espacio hasta que vos leas, esperando acariciarte la piel como una brisa, y que
lo aspires en una bocanada de aire y te recorra entero desde la punta de los
pies.
………………………………………………………………………
Cuántos días, cuántos meses, cuántos años…
Vamos a construir.
El tiempo es nuestro aliado, el perdido y el ganado.
Estamos destruyendo cada día lo terrible que hicimos e
hicieron de nosotros.
Nos hicimos daño pero el tiempo es nuestro aliado.
Vamos a construir.
Vamos a pintar todo de nuevo. Vamos a pintar la habitación,
la casa, las almas.
Vamos a pintarlas con el sol, con todos los colores, con
palabras y sonrisas.
Vamos a entenderlo o no, a cuestionarlo a veces, a dejarlo ser.
¿Vamos a construir?.
………………………………...
Bajar al suelo el amor.
Mi pulsión de vida es muy fuerte. No me quiero morir de
amor.
Mi año fue fabuloso, me sonreí y me abracé a mí misma y
sentí que muchas cosas se acomodaron. Mi ilusión sobre vos fue uno de los
motores. (…)Empecé el año con la frase “No involucrarme en relaciones nuevas de
ningún tipo.”, y la repetí cada vez que una persona se me acercaba de cualquier
modo. No lo logré, me hice una amiga nueva que cuando intenté espantarla se me
cagó de risa y se volvió entrañable.
(…)
Hoy anduve en bici y lloré un montón. Recién esta tarde dejé
de oler tu perfume cada vez que cerraba los ojos.
Até cabos hipotéticos, como siempre con vos.
(…)
Ojalá puedas quererte tanto como te quieren, y como te
quiero.
Es una mierda y duele. Pero puede doler más, y yo no puedo,
ni quiero tener nada que ver.
Te voy a extrañar.
…………………………..
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