24 de junio de 2009

Cuando no se que decir digo adiós.

Hoy mientras preparábamos con Germán el trabajo final para Introducción a las Cs. Soc. saltamos del “capital económico y cultural” de Boudieu y el “realismo imposible” de Morín, al análisis de mi persona (!!)(?). Los seis grados de separación (eh?).


El tema es el siguiente: quizás mi temprana independencia familiar en diferentes aspectos me llevó a establecer lasos afectivos con personas cuyas características personales los hacen necesitar de alguien de quién depender. Se crea así una interdependencia donde en apariencia uno es autónomo y el otro no, pero la realidad es que la dependencia es recíproca. Cuando me encuentro con ese otro independiente me siento insegura. Necesito que me necesiten. No se si complejo de hija única o de ombligo del mundo, como muchas veces hablamos con Cecilia Amalia, pero es un dato curioso. Ser el todo de alguien.


Nadie es el todo de nadie. A VER SI ENTENDÉS, CATY?



Y eso que todavía no me empecé a comer a Freud en el seminario de Psicología Social. Estudiantes de Psicología de primer año, gente desagradable.

18 de junio de 2009

Viajar contigo es como escuchar la vida secreta de las plantas...

.Quiero hacer un viaje ya. No importa a donde.

.Quiero pasarme dos días sin teléfono, luz ni electricidad y volver y hacer una banda de rock (?) contando mis experiencias y haciendome la loca.




.Hoy caí dentro del turbio sistema de educación privada como profe, y salí contentísima.

14 de junio de 2009

Rompamos nuestros cuerpos a la mierda.




Queremos que nuestra pelicula sea hermosa, no realista.

9 de junio de 2009

Pasiones y Virtudes

"Antes de que este planeta estuviese habitado por hombres y mujeres viveron en él durante cientos y cientos de años pasiones y virtudes, que se aburrían de lo lindo con el transcurrir de los siglos. Así que cada día trataban de inventar un juego nuevo con el que se hiciese mas llevadera la larga, larga, larga existencia.

Solía ser la imaginación la que proponía los juegos y un día propuso jugar al escondite. A todas les pareció bien, estaban entusiasmadas con la idea. Pero claro ... el problema era quién contaría. La primera en levantar la mano fue la locura:
- Yo cuento.
- Bueno esta bien, pues a contar. Vuelve la cara contra ese árbol y comienza la cuenta hasta cien mientras el resto nos escondemos.

La locura se dió la vuelta y empezó una cuenta imposible.
- 1, 7, 2, 55, 88, 13, ...
Y una a una se fueron escondiendo todas las pasiones y virtudes. Cada cual iba buscando el lugar mas apropiado, aquel en el que pensaba que la locura no la encontraría. Y al rato ya estaban escondidas todas excepto una, que tardaba en encontrar el lugar apropiado. Esa era el amor. Y es que tú y yo sabemos que el amor suele ser bastante indeciso, y vaga de una lado a otro sin saber bien dónde meterse.

La locura seguía con su cuenta.
- 55, 6, 99, 100. ¡Voy!
Y se dio la vuelta. El amor, apurado, se metió de un salto en el primer lugar que encontró: un matorral de zarzas. Y quedó agazapado con la esperanza de que no lo encontraran.

A quien primero se encontró la locura fue a la pereza, que había quedado tumbada.
- ¡Por la pereza!
A la imaginación la localizó entre las nubes. Y así, una a una, fueron apareciendo todas. Al rato faltaba solamente una por encontrar. Aquella era el amor. Y es que tú y yo sabemos que encontrar al amor es bastante difícil.

El juego ya empezaba a hacerse pesado, de modo que la locura empezó a impacientarse:
- ¡Amor sal ya, que se hace tarde!
Pero, como ya hemos dicho antes, el amor es muy indeciso. Y uno no solo tarda en encontrarlo, sino que a veces cuesta demasiado sacarlo a la luz. Asi que el amor, asustado, no salía.

La envidia que suele preocuparse bastante más de los problemas de los demás que de sí misma, se acerco al oído de la locura y le dijo:
- El amor esta oculto entre esas zarzas.
Muy enfadada, la locura se dirigió hacia las zarzas y empezó a gritar:
- Amor sal ya, se nos hace tarde y estoy empezando a cansarme.
Trato de meter la mano entre las zarzas para sacar al amor de las solapas, con la mala fortuna de que se pincho con una espina. Y es que tú y yo sabemos que, en ocasiones, hacer salir al amor es doloroso. Asi que agarró una vara que había junto a las zarzas, la introdujo en el matorral y empezó a agitarla entre las ramas.

De repente sonó un grito. De entre las ramas de las zarzas salió el amor con las cuencas de los ojos ensangrentadas. La locura, al agitar la vara entre las zarzas, le había sacado los ojos al amor dejándolo ciego para siempre.

Todas callaron, mirando al amor con las cuencas vacías, sin saber qué decir. Y quizás aquella fuera la única ocasión en la que la locura habló con un poco de cordura.
- No os preocupéis, desde ahora yo seré sus ojos.

Y es por eso que, desde entonces, queridos amigos, el amor es ciego y la locura son sus ojos ..."


Ismael Serrano, que no se si en determinados momentos me obliga a escucharlo o yo me obligo.

3 de junio de 2009

El avión perdido está en la isla de Lost.

Corte y enseguida volvemos.


“Pero el amor, esa palabra… Moralista Horacio, temeroso de pasiones sin una razón de aguas hondas, desconcertado y arisco en la ciudad donde el amor se llama con todos los nombres de todas las calles, de todas las casas, de todos los pisos, de todas las habitaciones, de todas las camas, de todos los sueños, de todos los olvidos o los recuerdos. Amor mío, no te quiero por vos ni por mí ni por los dos juntos, no te quiero porque la sangre me llame a quererte, te quiero porque no sos mía, porque estás del otro lado, ahí donde me invitas a saltar y no puedo dar el salto, porque en lo más profundo de la posesión no estás en mí, no te alcanzo, no paso de tu cuerpo, de tu risa, hay horas en las que me atormenta que me ames (cómo te gusta usar el verbo amar, con qué cursilería lo vas dejando caer sobre los platos y las sábanas y los autobuses), me atormenta tu amor que no me sirve de puente, porque un puente no se sostiene de un solo lado, jamás Wright ni Le Corbusier van a hacer un puente sostenido de un solo lado, y no me mires con esos ojos de pájaro, para vos la operación del amor es tan sencilla, te curarás antes que yo y eso que me querés como yo no te quiero. Claro que te curarás, porque vivís en la salud, después de mí será cualquier otro, eso se cambia como los corpiños. Tan triste oyendo al cínico de Horacio que quiere un amor pasaporte, amor pasamontañas, amor llave, amor revólver, amor que le de los mil ojos de Argos, la ubicuidad, el silencio desde donde la música es posible, la raíz desde donde se podría empezar a tejer una lengua. Y es tondo porque eso duerme un poco es vos, no habría más que sumergirte en un vaso de agua como una flor japonesa y poco a poco empezarían a brotar los pétalos coloreados, se hincharían las formas combadas, crecería la hermosura. Dadora de infinito, yo no se tomar, perdoname. Me estás alcanzando una manzana y yo dejé los dientes en la mesa de luz. Stop, ya está bien así. También puedo ser grosero, fijate. Pero fijate bien, porque no es gratuito.

¿Por qué Stop? Por miedo a empezar las fabricaciones, son tan fáciles. Sacás una idea de ahí, un sentimiento del otro estante, los atás con ayuda de palabras, perras negras, y resulta que te quiero. Total Parcial: te quiero. Total general: te amo. Así viven muchos amigos mías, sin hablar de un tío y dos primos, convencidos del amor-que-sienten-por-sus-esposas. De la palabra a los actos, che; en general sin verba no hay res. Lo que mucha gente llama amar consiste en elegir una mujer y casarse con ella. La eligen, te lo juro, los he visto. Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al vesre. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar los huesos cuando salís de un concierto […]”

Que tal Caty? es hora de conocerte, dejá de negarte.