4 de mayo de 2014

Se hace (no se nace)




¿No se quiere curar? ¿Por qué la gente no se cura?




“la curación requiere vivir en el presente, recuperando la energía de los traumas y heridas del pasado. Dicen que la única razón para alimentar y mantener vivo el pasado es a causa de la amargura de lo que pasó.”
“El perdón no tiene que ver con no culpar a otros por las heridas que causaron. Tiene que ver con “liberarnos de la percepción de víctima””.

“Las personas no se curan porque no se han liberado de la ilusión de ser víctima. Con demasiada frecuencia, la gente obtiene poder con sus heridas porque han encontrado que suscita el apoyo de otros. Las heridas se convierten en un medio de manipular y controlar a otros.”

17 de marzo de 2014

...



“Hay que ir donde a uno lo quieren”, me decía sentado en mi mesa por primera vez. Tardé en entenderlo. No sabía si acordaba o discrepaba en algún punto, pero agradecía que quizás por esas actitudes bellas que uno puede tomar en la vida, ese día estábamos compartiendo un mate y una charla, de esas de las que no paran de crecer ramificaciones que se extienden por toda la sala.

“Hay que ir donde a uno lo quieren”, me decía; mientras yo pensaba que la querencia se concreta en reciprocidad.  En ser querido y querer… y esas cosas no coinciden siempre, las variables son infinitas.


Pensar y querer tantas cosas que no alcancen los días, las horas y deshoras. Las noches cortas, los días eternos, la necesaria soledad para pensar en lo que a uno lo hace feliz; y también la necesaria compañía, para sonreír de oreja a oreja con los ojos chinos de tanto querer.


24 de febrero de 2014


"Y debo decir que confío plenamente en la casualidad de haberte conocido. Que nunca intentaré olvidarte, y que si lo hiciera, no lo conseguiría. (...) Que no fuiste el amor de mi vida, ni de mis días, ni de mi momento. Pero que te quise, y que te quiero, aunque estemos destinados a no ser." 


Julio Cortázar.

18 de febrero de 2014

Bebé Bauti, sonrisa de leche, mirada curiosa, alma de elefante.


Bebé Bauti, corazón, hace poco más de cuatro años me enseñaste a amar sin condición. Todavía no sabés leer, pero quiero contarte ahora aunque leas quien sabe cuando, que a tan ínfima edad tenés una creatividad y un carisma que no para de asombrarnos. Me obnubilo con tu presencia. Amo verte inventar historias sobre animales y que las hagas canciones mientras bailamos juntos dando vueltas y zancadas por donde sea. Sos pura luz. Te siento una parte de mí, lo siento justo en el corazón. Ojalá siempre encontremos la manera de comunicarnos, hablando quizás sobre las mariposas de colores invisibles, que algún día no vas ver desde el balcón pero las vas a sentir en la panza. Ojalá siempre, como en estos primeros años de vida, nos sigas demostrando que sabés distinguir entre lo que es bueno y malo para vos. Que llores todas las veces que te salga de adentro, y que te rías a carcajadas porque tenés ganas aunque no hayas entendido. Ojalá siempre actúes con el corazón, y que lo sepas cuidar. Espero que encuentres personas con las que compartir, y que también las cuides siempre.


Sos una razón preciosa para que la loca de la tía siga soñando con un mundo mejor. 


13 de febrero de 2014

EMBRIÁGUENSE


Hay que estar ebrio siempre. Todo reside en eso: ésta es la única cuestión. Para no sentir el horrible peso del Tiempo que nos rompe las espaldas y nos hace inclinar hacia la tierra, hay que embriagarse sin descanso.
Pero, ¿de qué? De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca. Pero embriáguense.
Y si a veces, sobre las gradas de un palacio, sobre la verde hierba de una zanja, en la soledad huraña de su cuarto, la ebriedad ya atenuada o desaparecida ustedes se despiertan pregunten al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que gime, a todo lo que rueda, a todo lo que canta, a todo lo que habla, pregúntenle qué hora es; y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, contestarán:
“¡Es hora de embriagarse!"
Para no ser los esclavos martirizados del Tiempo, ¡embriáguense, embriáguense sin cesar! De vino, de poesía o de virtud, como mejor les parezca.
Charles Baudelaire

9 de febrero de 2014

Cuba


El sueño imposible, posible.

El aire salado de la Habana, los pies empapados recorriendo el malecón.
Los encuentros trascendentales, los tererés compartidos,
La gratitud de un vagabundo, las sonrisas de los transeúntes.

Tierra de sol todo el año, de patriotas poetas y humanistas,
Tierra de gente sonriente, esa gente que da esperanza.

Ajedréz
Dominó
Bicicletas
Cuba Libre
Mojito
"Remis"
"Argentinos?"
Revolución
Antiimperialismo
Fidel
El “Che” y Camilo. Seres inmortales.
Martí. “Queda la impronta de tu vida sobre mi, por siempre”
(y uso una frase de Pez porque realmente Cuba me dejó sin Palabras.)

Baracoa, la primera ciudad fundada en Cuba en 1511, donde desembarcó Cristóbal Colón.
Para mi es el lugar donde quedó parte de mi corazón. El aroma del café tostándose, las charlas inmensas con Ñico, el señor de la charla en la puerta del banco que me dijo eso que yo andaba necesitando escuchar; la Casa de la Trova…

Santiago, Santiago… Santiago de Cuba. Mar de emociones. ilusiones vivas. Pueblo entrañable, familia, sabiduría socializada, la reflexión y el amor como constante. La embriaguez del Son. Volvería siempre a Santiago, y  cocinaría pasta a la argentina para Rosa y Juan Carlos.

Santa Clara. Trinidad… las playas.

Cuba es su gente. Es su cultura, son sus héroes, sus principios, sus críticas, sus defensas a rajatabla, sus ilusiones, su historia.


Cuba me dejó sin palabras, pero me llenó de fé.