9 de febrero de 2014

Cuba


El sueño imposible, posible.

El aire salado de la Habana, los pies empapados recorriendo el malecón.
Los encuentros trascendentales, los tererés compartidos,
La gratitud de un vagabundo, las sonrisas de los transeúntes.

Tierra de sol todo el año, de patriotas poetas y humanistas,
Tierra de gente sonriente, esa gente que da esperanza.

Ajedréz
Dominó
Bicicletas
Cuba Libre
Mojito
"Remis"
"Argentinos?"
Revolución
Antiimperialismo
Fidel
El “Che” y Camilo. Seres inmortales.
Martí. “Queda la impronta de tu vida sobre mi, por siempre”
(y uso una frase de Pez porque realmente Cuba me dejó sin Palabras.)

Baracoa, la primera ciudad fundada en Cuba en 1511, donde desembarcó Cristóbal Colón.
Para mi es el lugar donde quedó parte de mi corazón. El aroma del café tostándose, las charlas inmensas con Ñico, el señor de la charla en la puerta del banco que me dijo eso que yo andaba necesitando escuchar; la Casa de la Trova…

Santiago, Santiago… Santiago de Cuba. Mar de emociones. ilusiones vivas. Pueblo entrañable, familia, sabiduría socializada, la reflexión y el amor como constante. La embriaguez del Son. Volvería siempre a Santiago, y  cocinaría pasta a la argentina para Rosa y Juan Carlos.

Santa Clara. Trinidad… las playas.

Cuba es su gente. Es su cultura, son sus héroes, sus principios, sus críticas, sus defensas a rajatabla, sus ilusiones, su historia.


Cuba me dejó sin palabras, pero me llenó de fé.

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