15 de julio de 2010

La semana más fría del año I

Ella estaba sumergida en el stand de una librería de saldo de esas que uno se encuentra sobre Avenida Corrientes a unas cuadras del Obelisco. Buscaba no sabía bien qué en la sección “Literatura Hispanoamericana”, movía los títulos con una cotidianeidad y velocidad que sólo ella entendía tratando de encontrar ese libro que le despertara la necesidad de llevárselo como compañía al viaje que iba a emprender unos días después rumbo a Bolivia y Perú.

Había esperado tanto este viaje que la ansiedad por momentos se transformaba en miedo a no colmar sus tan altas expectativas. Necesitaba que todo sea como lo soñó.

Pensaba en esto anterior mientras sujetaba Mañana en la batalla piensa en mí, pensar, pensar, se iba sólo dos semanas y ya pensaba en todas las personas que iba a extrañar, los abrazos que iba a necesitar. Pensaba en Kundera, en el fragmento de La insoportable levedad del ser que dice algo como: “...se toma las cosas demasiado en serio, por cualquier cosa hace una tragedia...” “...¡Quisiera aprender a ser leve!”.

Pone stop a su pensamiento cuando mira a un costado y se encuentra con la mirada de él, que la observa sonriendo quien sabe hace cuanto... Siente un poco de vergüenza por unos segundos, sabe que sin querer cuando piensa en silencio gesticula mucho, pero la forma en que él la mira buscando sus ojos la relaja, le dá paz. Se saludan con las caras congeladas, es la semana más fría de lo que va de este invierno 2010 en Buenos Aires, pero la sensación térmica es relativa. Piensa cuál sería el soundtrack para esta escena... 1,2,3. No lo decide. Hay momentos que encuentran la perfección en el sonido ambiente. Es un Hecho.

Se siente leve, por fin. Está lista para emprender el viaje.

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