24 de junio de 2009

Cuando no se que decir digo adiós.

Hoy mientras preparábamos con Germán el trabajo final para Introducción a las Cs. Soc. saltamos del “capital económico y cultural” de Boudieu y el “realismo imposible” de Morín, al análisis de mi persona (!!)(?). Los seis grados de separación (eh?).


El tema es el siguiente: quizás mi temprana independencia familiar en diferentes aspectos me llevó a establecer lasos afectivos con personas cuyas características personales los hacen necesitar de alguien de quién depender. Se crea así una interdependencia donde en apariencia uno es autónomo y el otro no, pero la realidad es que la dependencia es recíproca. Cuando me encuentro con ese otro independiente me siento insegura. Necesito que me necesiten. No se si complejo de hija única o de ombligo del mundo, como muchas veces hablamos con Cecilia Amalia, pero es un dato curioso. Ser el todo de alguien.


Nadie es el todo de nadie. A VER SI ENTENDÉS, CATY?



Y eso que todavía no me empecé a comer a Freud en el seminario de Psicología Social. Estudiantes de Psicología de primer año, gente desagradable.

1 comentario:

Desertora dijo...

Creo que me perdí en la explicación. El sábado me contás bien.
Espero que estés con ganas de enfermarte porque Lu y yo estamos a la miseria y la próxima en caer sos vos. Andá acostumbrandote porque cuando seamos vecinas va a ser así. Cae uno y caen todos.