24 de septiembre de 2009

Causa - Efecto

Según Freud el hombre, para vivir en sociedad, reprime su naturaleza sexual y agresiva.

Hoy descubrí que si un pajero no reprime su sexualidad yo dejo de controlar mi yo agresivo.

Causa – Efecto.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Queremos detalles!

No te habrá pasado como a mi que vi a dos tipos en la calle tocándose, no?

Uno a los ocho cuando ni siquiera sabía la posibilidad de la paja, mientras andaba en bici con una amiga.

Y el otro no sé, hará tres años? Acá en pleno Maipú. Caminaba a la par mia, se baja los lompas y empezó a tocarse.

Estos dos episodios horribles no cuentan a la hora de elegir un barrio para vivir por el resto de los días.
Olivos, Ciudad para vivir. MVL (?)

Germán dijo...

Me parece correcto que no reprimias tus pulsiones primarias ante un pajero público o sus variantes a quien la cultura no le genera ningún malestar. Debe ser porque su sexualidad es una fuerza indomable (alojada en el pene) que no se inhibe con ninguna ley y anda en bolas por la vida, lo que es socialmente repudiable. Deberían volver esos carteles que decían "Prohibido salibar en el piso", con la leyenda: "Prohibido acabar en la vereda. No sea pajero. Tóquese en su casa." Etcétera.