11 de julio de 2008

Mundo Caty.

A veces la realidad me cuesta y llego a un ensimismamiento que por momentos me asombra.

Estaba enrollada en una frazada leyendo un capítulo olvidado de Rayuela mentras sonaba The Verve. Al concluir la lectura levanto la vista y la humedad se había transformado en agua de lluvia, y me lo perdí.

Me quedé pensando en esta pérdida y recordé una tarde de Marzo, el 21 de Marzo según mi agenda, que salí de casa con un viento torrencial y mis auriculares encendidos, feliz de ver como la ropa seguía furiosa el ritmo del aire. Tomé un colectivo, bajé veinte minutos después, entré a un café, pedí un té y me senté con mi música y un libro a esperar que llegue Cintia-2, relajada, conociendo su reiterada impuntualidad. Alrededor de una hora más tarde me toca el hombro, levanto la vista, estaba empapada de pies a cabeza, se sienta. El viento se había convertido en una tormenta terrible de la que no fui testigo, con lo que me gusta la lluvia.

Unos días después visitando a Cinta-1 le comento esta situación y dice algo como "Que lindo el Mundo Caty".

Sí, a veces lo es.

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