29 de abril de 2011


Acá había una declaración de odio eterno e infantil.

En su lugar la borro pero lo describo, sólo para recordarme lo minita que puedo ser a veces.

Vergüenza, Catalina, Vergüenza debería darte.



Eso.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Odio no animarme a decir lo que quiero decir.
Odio no ponerme feliz por lo que todos creen que debería ponerme feliz.
Odio llegar tarde a las rebajas de las marcas que me gustan

saludos

http://jesuislenouveaustyle.blogspot.com