16 de mayo de 2008

Conversaciones con Spinetta


¿Te pasó alguna vez que te quedaste con esa parte y muchos años después pudiste completarla?


Pudo haber pasado… en Fuego gris usé usé partes de canciones viejas que tuve que completar y poner a tono con lo que estaba haciendo en ese momento.


En un tema es fundamental crear una tensión. Parece que hay temas que se salen de la clave sin querer. Y yo no sé cómo, a veces, cambio tanto en tan pocos compases. Después siempre aparece un ángel que me indica a donde tengo que ir, y por suerte, no es obvio ese cambio para poder volver. Como los cambios no son tan previsibles, trato de que las canciones no tengan muchas partes diferentes, sino más bien me baso en repetir alguna parte que es sí es difícil y busco una forma elemental de hacerme entender.


Sí, por ejemplo, la canción tiene dos vueltas donde los cambios de armonía son evidentes, no es muy lógico que después vuelva desde cero. Pero es ahí donde tonalmente se genera una sorpresa porque hay un salto importante entre una armonía y otra. Pero si, además, le agregara una tercera parte con un grado de complejidad parecida, quizá también dejaría de tener el equilibrio que busco. Y, si dejara solamente una de esas partes solas, sería una canción intrascendente.


Si hago varias estrofas de lo mismo, recalco eso que es imprescindible para mí. La parte se repite y en sí contiene una complejidad que hay que adivinar. No es tan facil ver de qué tono va a ir a otro, y eso es algo que yo trato de hacer. De todos modos, no compongo atado a eso. No siempre me gusta hacerlo porque también me gusta escribir diferentes tipos de canciones.


Como "Cantata de puentes amarillos" que parece hecha de pequeñas canciones.


Sí, sólo se repiten los pequeños módulos de cada canción. Son varias canciones unidas y hasta hay un estribillo en algunas de ellas. También pasa eso en otros temas en que las partes van yendo de un lado hacia otro, como en "Nueva luna (Mundo arjo)".


Di yo arranco con un tema con muchas tensiones, no voy a poder hacerle muchas partes a su vez pensionadas sin generar una gran presión en la canción. Dejaría de tener la calidad que busco.


Ahora, de alguna manera, me gusta resumirlo, que no haya "tantos pájaros volando". Que esos pájaros aparezcan para llevarte a un determinado lugar, pero que tengan una forma de seguir hablando de la tierra, aún de lo que está por encima de ella y el cielo.


La tensión de dos tonos, nada más. Eso para mí es fundamental. Pero después con algo lo tengo que bajar. Al crecer, a veces te das cuenta de que si culminás un montón de cadencias pensionadas con algo que es como una gota de agua, es allí cuando la canción adquiere esperanza.


¿Podés darme un ejemplo?


Tomemos, por ejemplo, "Tu cuerpo mediodía", donde hay un prólogo cargado con algunas tensiones armónicas. Puede pasar que aun una parte triste y relativamente compleja estimule la sensación de alivio.

Y si el terreno que "preparo" no es tan complicado y dramático, la esperanza viene dada en algo que tiene la diafanidad de un lago. Y esa es la parte más interesante.


Por lo general en tus temas hay bastante complejidad armónica.


Sí y no. Eso es lindo porque a los músicos nos intrigan las armonías.


…..


Diez, Juan Carlos. MARTROPÍA, CONVERSACIONES CON SPINETTA. Buenos Aires. Ed. Aguilar. 2006. Pag 43,44.

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