En historiografía europea, la Escuela de Annales, en su 4ta etapa a partir de los 90’s según algunos historiógrafos, comienza su momento de retornos a los antiguos modos de escribir historia, revisando y contextualizándolos en la actualidad. Se puede observar el retorno al acontecimiento, a la literatura, a la biografía. A mi criterio como lectora y estudiante, esta nueva generación de escritos hace más gustoso el acercamiento al pasado.
En nuestra vida cotidiana, sin pertenecer a la Sorbona (?), solemos hacer retornos en nuestra propia historia vivida, analizando, evaluando, criticando nuestro accionar en diferentes situaciones. Nada fuera de lo normal. A veces sí alteramos el propio curso del tiempo, o eso pretendemos, intentando remontarnos al pasado, con cierta nostalgia retrospectiva de gestos, lugares, hábitos, olores, sensaciones, cielos y vías de tren.
Y suena U2 y me emociona y no quiero saber porqué.
El punto sobre estos retornos personales es que son positivos en tanto y en cuanto los comprendamos como tales y los dejemos correr, yendo y viniendo pero libres, sin sujetarlos contra nosotros (aunque cueste terriblemente).
Hoy comienzo a caminar uno de mis tantos retornos, esta vez 4 años atrás, que quizá dure sólo 2 horas dentro de un teatro, entero a pedazos pero voy… voy… voy… a ver a CATUPEEEE!.
27 de mayo de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario