8 de junio de 2008

Admitámoslo

Hace tiempo que no sé quién soy, de un día para el otro me perdí y no me encontré más… voy recordando fragmentos y los añado a mi persona, y es que son conocimientos al fin y al cabo, sobre mí. Un día me desperté como una tabla raza, la mente sin recuerdos le llaman. Pregunté si había un manual que oriente como maniobrar, una especie de guía de acción, pero las tentativas fueron frustradas, descubrí que las personas no actúan como un conjunto, ante los mismos estímulos tienen diferentes formas de reaccionar… y busqué, creí aprender, me golpee, volví a empezar, me tropecé pero me levanté como esas pelotitas que salen de las máquinas que se tragan las monedas de los padres gracias a sus encantadores colores.

Escuché canciones viejas y me emocioné… pero también aparecieron nuevas, o sensaciones nuevas frente a melodías ya conocidas pero que por cuestiones de la vida una no había considerado... un sacudón, un punto de fuga… un conjunto de conmociones desestimadas hasta el momento.

Y quizá sea así, todo gira constantemente y evoluciona, pasa el tiempo, no somos los mismos, está bien que no lo seamos, la incertidumbre no tendría que detenernos, a veces lo hace… a veces la vencemos y dejamos que todo fluya, y se siente bien, muy bien, sí.

Borrón y cuenta nueva. No, imposible. Demos vuelta la página mejor y dejemos que el relato nos sorprenda.

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2 comentarios:

Coxon dijo...

Esta bueno eso de levantarse y ser una tabula rasa, como el amigo John Locke decía (el pensador inglés, no el pelado que tira cuchillos)

Catalina tenía la rutina... dijo...

Hace ya no se cuanto había salido una nota en clarín sobre la relación de los personajes de lost con su original, estaba buena. Roque, un compañero del prof, se la pasa divagando sobre eso y tiene unas teorías reee laaacas que nunca recuerdo más de 2'.