15 de junio de 2008

!!Una obra conceptual¡¡

Entramos al Teatro Opera, subimos, subimos, subimos, nos acomodamos. Cuarenta y cinco minutos después empezó el show. No me molestó nada, mi cuerpo no sintió la abstinencia de nicotina. Comenzó el laberinto entre aristas y dialectos, sus cuatro actos cada uno con su encanto particular. Salté de la silla más de una vez y canté y me moví, la sonrisa inmutable.
Tres horas después salí feliz y satisfecha. Catupecu Machu creció conmigo, estoy convencida, incluso este retorno tres años después, me rejuveneció.
Salí, despedí a mi hermano y le agradecí la invitación, saludé a padre por su día, dije hasta mañana, volví al teatro, saludé a Metu que tampoco veía hace 3 o 4 años, casualmente. Crucé Corrientes, pedí té de frutilla y media lunas sentada en el sector fumador mientras esperaba a Martín que venía de Obras, quizá de otro retorno.

Hoy me acordé que en enero cumplí 21 años, así que vamos a celebrarlo. La Resistencia fue el lugar, sumada Anita, Dany y su cámara para coronar la noche.

2 comentarios:

Coxon dijo...

Por un breve lapso de cuatro canciones volví a los 14.

Inmediatamente después, entre el cansancio y la agitación, volví a los 21 tirando para 22...

Repito, ya estoy vijo para estos trotes.

Catalina tenía la rutina... dijo...

Entiendo lo que decís... todos sabemos que un obras o cualquier lugar donde tenga que estar parada amontonada entre gente o es para mi (?)... Por eso voy a reducir mis retornos musicales a los lugares aptos, no vaya a ser cosa que a la nona le baje la presión o se agite.